- Home >
- Vida Social en la Prehistoria. >
- Vida Social en la Prehistoria
miércoles, 28 de agosto de 2019
¿Que es la Prehistoria?
Es la etapa de la humanidad que va desde la aparición de los primeros homínidos hace 2,5 millones de años hasta el descubrimiento de la escritura hacia el 3.500 a.C. Al ser un período de tiempo tan largo se divide, a su vez, en tres subperiodos: paleolítico, neolítico y edad de los metales.
Es la etapa de la humanidad que va desde la aparición de los primeros homínidos hace 2,5 millones de años hasta el descubrimiento de la escritura hacia el 3.500 a.C. Al ser un período de tiempo tan largo se divide, a su vez, en tres subperiodos: paleolítico, neolítico y edad de los metales.
Los primeros seres humanos.
Entre aproximadamente
7 y 5 millones de años se produjo la división entre la evolución humana
y la de los chimpacés. Lamentablemente los restos fósiles que nos permiten
explicar este proceso son muy escasos y controvertidos. Pero todos tienen unas
características comunes que los definen: son bípedos, de reducido tamaño,
diferencia física entre machos y hembras (dimorfismo sexual), viven en zonas
boscosas, poseen un esmalte dentario
grueso, un ligero crecimiento del cráneo y una reducción de los dientes caninos.
Llamamos hominización al largo proceso por el que la especie
humana se fue diferenciando de los demás primates y adquiriendo unas
características propiamente humanas. Los primeros homínidos aparecieron en
África y desde allí colonizaron el resto del planeta. Al principio eran
vegetarianos, pero debido a los cambios en el clima tuvieron que incluir la
carne en su dieta y esto permitió el aumento del tamaño del cerebro.
En la actualidad, los restos de homínidos más antigüos
conocidos y que comenzaron a caminar erguidos se remontan hasta los 6 millones
de años como el Orrorín, el Ardipithecus
Ramidus (5,7 millones de años) o el Australopithecus Anamensis (4,2 millones de
años).
Esquema de la evolución humana
Hace unos 4 m.a. apareció en África el Australopithecus
afarensis, un homínido que ya tenía una posición bípeda, es decir, caminaba
erguido y se alimentaba de plantas, frutos, e incluso carroña.
El Homo Habilis, vivió hace unos 2,3 m.a., fabricaba sus
propias herramientas de piedra y se expandió desde la actual Etiopía a todo el
continente africano.
Hace alrededor de 1,8 m.a. apareció el Homo Erectus que
fabricaba instrumentos más complejos y consiguió dominar el fuego y se extendió
por África, Europa y Asia.
Hace 780.000 años apareció el Homo Antecessor; antecesor
común del Hombre de Neandertal y del Hombre de Cromagnon. El Neandertal vivió
en una época glacial y convivió con el Homo Sapiens, pero acabó extinguiéndose
hace unos 25.000 años.
Hace 195.000 años apareció el Homo Sapiens, nuestra especie
actual. Con una mayor capacidad craneana, y con la capacidad de desarrollar
unos complejos sistemas simbólicos en los que basaron sus sociedades.
Colonización humana del planeta
El Paleolítico: una economía recolectora y cazadora
El Paleolítico («piedra antigua») es la primera etapa de la
prehistoria. Va desde surgimiento de los primeros seres humanos (2,5 m.a.)
hasta el nacimiento de la agricultura hacia el 10.000 a.C. Es un periodo muy
largo caracterizado por unas sociedades que se alimentaban de la caza, la pesca
y la recolección de frutos silvestres, raíces, larvas, huevos y crustáceos. Las
mujeres pudieron dedicarse a la recolección y los hombres a la caza de mamuts,
caballos, ciervos, bisontes, renos, toros, etc.
Los utensilios que utilizaban estaban relacionados con las
tareas de subsistencia y eran cada vez más pequeños y especializados. Estaban
hechos principalmente de piedra (silex), de madera o hueso. Existían gran
variedad de objetos: propulsores, arcos, flechas, puntas triangulares, agujas,
buriles entre otros.
Elegían lugares de fácil acceso al agua y con caza abundante
para instalarse temporalmente, desplazándose a otra zona cuando los recursos
comenzaban a escasear. Llevaban una vida nómada. Se organizaban en clanes o
grupos familiares cerrados de 30 ó 40 individuos.
Buscaban lugares resguardados para instalarse como cuevas y
cavernas, y cuando el clima lo permitía al aire libre o en pequeñas cabañas. El
descubrimiento y control del fuego por el Homo Erectus hace 1,5 millones de
años les permitió combatir el frío, iluminar las cuevas, cocinar alimentos,
defenderse de animales y de otros hombres.
Formas de vida durante el Paleolítico
Las primeras manifestaciones artísticas de la prehistoria
que conocemos tienen unos 40.000 años de antigüedad y se realizan en el
Paleolítico Superior Estas manifestaciones artísticas las clasificamos en:
Arte mobiliario: incluye los objetos de adorno, de la vida
cotidiana o de función desconocida que pueden ser transportados de un lugar a
otro. Un ejemplo son las Venus Paleolíticas como la de Willendorf. Estos
objetos podían estar fabricados de piedra, hueso o marfil.
Arte rupestre: engloba las pinturas y grabados que el hombre
del Paleolítico Superior nos ha dejado en las paredes de las cuevas y abrigos
en los que habitaba. En ellas se reproducen animales con una sorprendente
perfección así como diferentes signos, manos y figuras geométricas.
Hacia finales del Paleolítico, sobre el 10.000 a.C., se
produjo un cambio climático que puso fin a la última glaciación. Los hielos se
retiraron y se produjo un cambio en los recursos y en las formas de vida del
hombre. Mamuts, bisontes, renos y caballos se extinguieron o emigraron hacia el
norte y tras ellos se desplazaron muchos grupos humanos. Los que decidieron
quedarse tuvieron que cambiar su dieta y adaptar sus instrumentos a esta nueva
situación. Esta etapa se denomina Mesolítico.
El Neolítico.
Este cambio climático iniciado en el Mesolítico continuó
e hizo aumentar la temperatura de la
Tierra en los incios del Neolítico, derritiendo parte de los hielos en Europa,
Asia y América del Norte. Las grandes extensiones de tundra se convirtieron en
bosques, los animales hervíboros se fueron al norte buscando el frío, lo que
provocó la escasez de caza. Se produjo un aumento de especies vegetales en
Próximo Oriente y Europa (cebada y trigo silvestre), Asia (mijo y arroz) y
América (maíz). El aumento de las temperaturas permitió a los humanos salir de
las cuevas y comenzar a instalarse en poblados al aire libre, iniciando poco a
poco un proceso de sedenterización que daría lugar a la conocida como
«revolución neolítica». Es decir, un profundo cambio económico y social que
permitió el pasó de una sociedad cazadora y recolectora a otra agricultora y
ganadera.
Este proceso produjo modificaciones en el estilo de vida y
en las herramientas utilizadas. Los útiles se perfeccionaron y surgieron
técnicas novedosas como el trabajo de la piedra pulimentada. Algunas nuevas
herramientas fueron azadas para cavar, hoces para segar, hachas, picos, molinos
para el grano, etc. También se descubre la cerámica, que permitió guardar el
grano y los líquidos, y el tejido para fabricar prendas de vestir. El ser
humano aprendió los ciclos naturales de las plantas y lo aplicó para obtener
nuevos alimentos con los que asegurar su subsistencia como el trigo, centeno,
cebada, arroz o maíz. Comenzarían a mantener en cautividad animales salvajes
que tenían a su alcance, domesticando ovejas, cabras, perros o bueyes.
La agricultura permitió a los seres humanos hacerse
sedentarios, instalándose cerca de las tierras que cultivaban y al lado de los
cursos de agua. Los primeros asentamientos favorecieron la aparición de
poblados formados por pequeñas cabañas hechas de barro y paja, situadas en
zonas poco elevadas.Surgió el concepto de propiedad privada. La tierra, o los
utensilios pasarían a tener un carácter personal, y esto originó las primeras
desigualdades sociales y, en consecuencia, las primeras formas de poder
político.
Formas de vida durante el Neolítico
En el Neolítico (neo: nuevo; lithos: piedra), el Hombre, poseedor de una inteligencia superior, sigue evolucionando y progresando en medio de la naturaleza. El Neolítico es la etapa de laprehistoria caracterizada por el desarrollo y afianzamiento de la agricultura y la ganadería, cuando los seres humanos aprendieron a cultivar plantas y domesticar animales. Los logros del Neolítico no se obtuvieron al mismo tiempo ni del mismo modo. El proceso agrícola y las técnicas adoptadas en el Neolítico se iniciaron en forma gradual en el Cercano Oriente. No sucedió de igual manera en Europa, donde parece que las nuevas técnicas llegaron elaboradas y simplemente se adaptaron.
Una geografía variada
El origen de las primeras culturas neolíticas se ubica en el Cercano Oriente, en la zona hoy conocida como el Creciente Fértil. En este lugar, las condiciones climáticas fueron propicias para la aparición del Neolítico, ya que durante las glaciaciones fue una zona de enormes praderas, donde proliferaban la caza y los frutos silvestres. Al retirarse los hielos, entró en una fase de sequía progresiva.
El Neolítico se comenzó a presentar en el continente asiático, concretamente en la meseta de Irán, el norte de Siria, la franja de Palestina y parte de la meseta de Anatolia, porque estos territorios, junto con la parte del norte de África, tuvieron un cambio climático y, por ende, de la vegetación. Anteriormente, el hoy desierto del Sáhara era una región con exuberante vegetación de sabana. Un cambio de este tipo implicó que las tribus nómadas y cazadoras pasaran a ser sedentarias, lo cual significó que se dedicaran a la agricultura y la domesticación de animales, como parte de su nuevo entorno.
El culto a los muertos sigue siendo muy importante. Se
enterraban con ajuares y realizaban ritos religiosos. La pintura, la escultura
y la cerámica alcanzaron un gran desarrollo. A finales de este período aparecen
monumentos megalíticos con una clara función funeraria y religiosa como los
dólmenes, los menhires, los cromlechs o los sepulcros de galería.
La Edad de los Metales.
Es la tercera gran etapa de la prehistoria. Surge entorno al
4.000 a.C. como necesidad de obtener nuevos materiales para fabricar
herramientas. Se desarrolla gracias a la invención de la forja que permitió
moldear los metales, fundamental para su evolución técnica y cultural. Podemos
dividirla en tres etapas según el metal utilizado en cada una de ellas:
Edad del Cobre o Calcolítico (4.000 a.C.). El cobre fue el
primer metal que se trabajó, pero los utensilios realizados eran frágiles y
poco consistentes.
Edad del Bronce (3.000 a.C.). El bronce es una aleación de cobre y estaño y
permitió la fabricación de armas y utensilios agrícolas (hachas, picos, arados)
mucho más resistentes.
Edad del Hierro (1.000 a.C.). El mineral de hierro es mucho
más abundante y resistente que los anteriores, y su descubrimiento y
conocimiento de fabricación (siderurgia) dio a sus poseedores un gran poder.
La generalización del uso de los metales produjo grandes
cambios en la sociedad y la economía de la época:
Surgieron nuevos oficicios, además de agricultores y
campesinos: los mineros (extraían el mineral), los herreros (realizaban armas y
utensilios), los artesanos (adornaban los nuevos objetos producidos) y los
comerciantes (intercambiaban productos e incluso contactaban con pueblos muy
distantes).
Nuevos instrumentos para trabajar el campo como el arado.
Una población mejor alimentada aumentó en número y los
poblados neolíticos se convirtieron en ciudades.
Esto provocó una gran complejidad social debido a la
acumulación de riqueza y de poder. Los grandes propietarios se convirtieron en
los gobernantes de las ciudades, los conflictos por el control de las mismas
llevó a la creación de ejércitos y a la construcción de murallas para contener
los enfrentamientos.
Formas de vida durante la Edad de los Metales (FUENTE: Jose
A. Bermúdez en Banco de imágenes del INTEF)
Desde el punto de vista artístico, el arte megalítico
iniciado a finales del Neolítico, continuó también en la primera etapa de este
periodo. Las construcciones a base de grandes piedras (megalitos) fueron
utilziadas para marcar el territorio (menhires), como lugares sagrados, de
culto o enterramientos (dólmenes, tumbas de corredor, crómlech).
La Prehistoria en la Península Ibérica.
La Península Ibérica es un lugar muy importante para el estudio de nuestra Prehistoria por su situación geográfica y por el hallazgo de los restos de homínidos más antiguos de Europa occidental. Los primeros representantes del género homo llegaron a la Península provenientes de África hace unos 900.000 años (Homo Antecessor). El Antecessor fue un homínido anterior al Hombre de Neandertal y al Sapiens. Restos de Neandertales los encontramos en diferentes lugares de España: Atapuerca (entre hace 45.000 y 35.000 años), en el Sidrón (Asturias), en la Sima de las Palomas (Murcia), Cova Negra (Valencia) y Banyoles (Gerona). El Homo Sapiens llegó a la Península hace unos 40.000 años.
El Paleolítico (1,3 millones de años – 8.000 años)
Paleolítico Inferior. (1,3 millones de años – 100.000
a.C.). Las evidencias más antiguas de presencia humana en la Península las
encontramos en el yacimiento de Orce (Granada) hace 1,3 millones de años y en
el yacimiento de la Gran Dolina (Atapuerca, Burgos) hace 900.000 años. En este
último encontramos los restos del Homo Antecessor, un antepasado común del
Hombre de Neandertal y del Homo Sapiens. Además de estos restos, en la
Península Ibérica se encontraron otros fósiles y herramientas de este periodo.
Otros lugares importantes son Torralba y Ambrona (Soria), y la Cova de Bolomor
(Valencia).
Paleolìtico Medio (100.000 a.C. – 40.000 a.C.). En este
periodo tuvo lugar la última glaciación Würm (última glaciación del
Cuaternario), un periodo de frío que obligó a los pobladores de la P. Ibérica a
refugiarse en las cuevas y abrigos rocosos. De este periodo se han encontrado
muchos restos de herramientas de piedra como raederas, puntas o cuchillos en
yacimientos como la cueva de El Castillo (Cantabria), Lezetxiki (País Vasco),
Peña Miel (La Rioja) y L´Arbreda (Girona).
Paleolítico Superior (40.000 a.C. – 5.000 a.C.). En esta
última etapa del paleolítico llega el Homo Sapiens a la P. Ibérica.
Posiblemente convivió con el Hombre de Neandertal y fuera el causante de su
extinción hacia el 30.000 a.C.
El Homo Sapiens vivía en cuevas y abrigos rocosos que
decoraba con pinturas, posiblemente, con una finalidad mágico-religiosa.
Además, en este periodo hubo una especialización de las herramientas de piedra
y se usaron nuevos materiales como el hueso.
Yacimientos Paleolíticos
De este periodo son también las manifestaciones de arte
rupestre más antiguas realizadas por el hombre. Se desarrollaron principalmente
en dos zonas:
Franja cantábrica (a partir del 30.000 a.C.) en cuyas cuevas
y abrigos se representaron de forma
naturalista animales aislados (bisontes, caballos o ciervos) con colores ocres
y negros. Los yacimientos más importantes son la cueva de Altamira (Santander) y
la de Tito Bustillo (Asturias)
Área mediterránea o levantina. (a partir del 6.000 a.C.)
destacan las pinturas en abrigos al aire libre donde se representan de forma
más esquemática y en grupo, escenas de carácter narrativo donde aparece la
figura humana (cacerías, danzas rituales o tareas cotidianas de recolección).
Los mejores ejemplos los tenemos en Cogull (Lleida) y Valltorta (Castellón).
Arte rupestre peninsular
El Neolítico (5.000 a.C. – 3.000 a.C.)
Se desarrolló en la Península gracias a la llegada a
nuestras costas valencianas de grupos procedentes de oriente que tomaron
contacto con las autóctonas y lo difundieron por el resto de la Península.
Trajeron innovaciones importantes como la agricultura, la ganadería, la piedra
pulimentada, los tejidos o la cerámica. En función del trabajo de ésta,
distinguimos en la Península varias comunidades neolíticas. En la zona
mediterránea se difundió la cerámica
cardial, decorada con incisiones de conchas de moluscos. Y en Andalucía la
cerámica almagra, de color rojizo.
La Edad de los Metales (3.000 a.C.)
La riqueza mineral de la Península propició el desarrollo de
numerosas culturas que se enriquecieron por los contactos comerciales de
pueblos extranjeros en busca de éstos. Distinguimos tres etapas:
Edad del Cobre o Calcolítico. Este periodo está asociado a
la difusión de la cerámica campaniforme y a las construcciones megalíticas.
Destacó el yacimiento almeriense de Los Millares, un poblado fortificado
construido junto a unos yacimientos de cobre. En él se encontraron ricos
ajuares funerarios en sus tumbas que nos indican contactos comerciales con
lugares lejanos. En este periodo también se desarrollaron construcciones con
grandes piedras (megalitismo) como en Los Millares (Almería), Menga y El Romeral
(Málaga).
Edad del Bronce (1.800 a.C.). Esta etapa destaca la cultura
de El Argar (Murcia- Almería), un conjunto de yacimientos que destacan por sus
poblados, por el desarrollo tecnológico y los importantes intercambios
comerciales. En este mismo periodo en las islas Baleares se desarrolla la
cultura talayótica caracterizada por la construcción, a base de grandes
piedras, de murallas, talayots (torres defensivas), taulas y navetas (tumbas).
Edad del Hierro. (1.100 a.C.) La llegada de pueblos
colonizadores provenientes del centro de Europa (celtas) y del mediterráneo
oriental (fenicios, griegos y cartagineses) trajeron la invención de la
metalurgia del hierro. Gracias a ellos conocemos también las primeras noticias
escritas sobre nuestras tierras, lo que significa
el paso a la etapa histórica de la Península Ibérica.