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- El Sexo en la Tierra, pero…¿Habrá Sexo en el Cielo?
jueves, 5 de marzo de 2020
Introducción:
Para Dios el sexo no es pecado, lo deja bien claro desde el Génesis, cuando dice:
Para Dios el sexo no es pecado, lo deja bien claro desde el Génesis, cuando dice:
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. 21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Gn. 2:18,21-24)
Si lo queremos ver desde la correcta perspectiva, veremos que el sexo no es malo, al contrario es bueno. Hay quienes abogan por el celibato, para mí es una distorsión del mandato divino, es por esa razón que se cometen tantos crímenes horribles contra niños y niñas indefensos. La Biblia dice bien claro que la mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, ni el marido tampoco.
Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. 4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. (1 Co. 7:2-5).
Según los que defienden esta posición ya existía “órdenes” que abrazaban la continencia total.
En el siglo II, la idea de castidad en los ministros del Señor se abrió paso con evidente firmeza, Tertuliano y Orígenes dieron fe del gran número de aquellos que, recibidas las órdenes, abrazaban la continencia total y perfecta. La ICAR reconoce con claridad que no existió una ley apostólica que impusiera el celibato, pero sí es cierto, argumentan, por lo menos en la iglesia occidental que ésta práctica era muy entendida y practicada ya a fines del siglo III.
Muchos cristianos de los primeros siglos, hombres y mujeres, comenzaron a practicar los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Los que observaban eran tenidos en gran estima a pesar de todo esto es entendible, en la actualidad hay líderes de la iglesia que también no son casados y ejercen el liderazgo aún siendo solteros como solía oficiar de sacerdote el jefe de la familia (presbítero o anciano), es natural que hubiese pocos sacerdotes solteros.
Tertuliano en el año 200 DC. («De Exhortatione Castitatis») habla del gran número de sacerdotes que vivían continentes, ya que habían elegido a Dios por esposo. De igual modo Orígenes el apologeta por esa misma época («In Leviticum»), justifica así el celibato sacerdotal: los sacerdotes de la Antigua Ley observaban continencia alejándose de sus esposas durante el periodo de sus servicios al templo; los de la nueva ley no conocen tales inconvenientes, por ser célibes.
Pero ¿qué dice el apóstol Pablo sobre este tema?
Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando. (1 Co. 7:8,9). (Énfasis mío).
Pero yo me atrevo a hacer una pregunta candente en este tiempo, ¿tienen todos los sacerdotes católicos el don de continencia?
La verdad que lo dudo, porque si así fuera, no hubiera tantas acusaciones de pederastas dentro de la iglesia romana. (Por supuesto no se da únicamente dentro de la iglesia, muchos casos ocurren en otras circunstancias, como pueden ser las escuelas, con abuelos, padrastros y aun entre los mismos padres naturales).
«Pederastia»
De manera genérica, se considera abuso sexual infantil a toda conducta en la que un menor es utilizado
1. Como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder.
2. Se trata de un problema universal que está presente, de una u otra manera, en todas las culturas y sociedades y que constituye un complejo fenómeno resultante de una combinación de factores individuales, familiares y sociales. Supone una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño y puede dejar unas secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo.
3. El abuso sexual constituye una experiencia traumática y es vivido por la víctima como un atentado contra su integridad física y psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc.
4.Si la víctima no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar puede continuar incluso en la edad adulta.
Existe una pequeña contradicción en la posición de la Iglesia Católica Romana que alega que:
En lo que lleva consigo la castidad perfecta, fue introducido por una costumbre que deriva ya del tiempo de los apóstoles. En efecto, partiendo de las recomendaciones del apóstol Pablo, que prohibió a los bígamos a aspirar ser anciano como registra la epístola a Timoteo 3:2; Tito 1:6 y otros que muestran a Pablo aconsejando esta práctica. Resulta Claro entender que Pablo muestra su preocupación por aquellas personas que deseaban ser líderes de la iglesia primitiva, la de sus tiempos, y no eran personas de buena reputación, para no complicarlas cosas el apóstol es claro y enfático en decir que el hombre que desea el obispado desea algo bueno pero que tenga en cuenta muchas cosas y entre ellas el ser esposo fiel y de solo una mujer. La iglesia en aquellos tiempos, podemos evidenciar, sintió la necesidad de una pureza total en los que se dedicaban al servicio del altar. (Énfasis mío).
Pablo dice esposo fiel y de solo una mujer, no dice que todos deben de ser célibes, porque él mismo lo dice en 1 Corintios “mejor es casarse que estarse quemando”.
Pero ¿cómo fue que entró realmente el celibato en la práctica de la Iglesia Católica Romana?
“En la iglesia primitiva sin embargo no existía la prescripción del celibato para el sacerdocio. Tanto es así que en la imagen de obispo que encontramos como ya mencionamos se le aconseja a solo ser esposo de una sola mujer y amarla como Jesús amó a la iglesia y se entregó por ella según su epístola a los Efesios 5:25.
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. Efesios 5:25.
El celibato en la Iglesia Católica.
El celibato sacerdotal incumbe directamente a los sacerdotes diocesanos y no a los sacerdotes religiosos que siguen el celibato monacal, que es mucho más antiguo. La historia del celibato sacerdotal obligatorio se encuentra dentro de la Historia de la Iglesia Católica o la Iglesia Latina. Por su parte, la Iglesia oriental incluye el celibato sacerdotal como una opción del presbítero realizada antes de recibir el orden diaconal, incluso en aquellos grupos de iglesias orientales en comunión con Roma.
Algunas leyes empezaron a exigir el celibato sacerdotal entre diócesis de rito latino en el siglo IV: se hizo manifiesto en el Concilio de Elvira; reiterándose en el Concilio de Letrán I en 1123, aunque dicha regulación no fue seguida de manera estricta. En el Concilio de Trento (1545-1563) se estableció de manera definitiva el celibato sacerdotal obligatorio tal como se lo conoce en la actualidad, en respuesta a la Reforma protestante que permitía, e incluso promovía, el matrimonio de los sacerdotes, al tiempo que suprimió las órdenes religiosas y sus votos.
Muchas razones se argumentan para que la Iglesia Latina llegase a optar por sacerdotes no casados. Destaca una relajación en los hábitos sexuales de los sacerdotes que intentaron regularse en los concilios de Maguncia y Augsburgo, así como se asegura que durante el Concilio de Constanza (1414-1418), 700 mujeres públicas asistieron para atender sexualmente a los obispos participantes. 19 20 Es posible que dicho desorden causara una decisión de este tipo con el fin de presentar en la figura del sacerdote a un pastor irreprochable. Otra razón que suele argumentarse es la de problemas de propiedad con sacerdotes casados cuyos hijos reclamaban todos los haberes de sus padres al morir estos, lo que incluía la parroquia.
En época reciente, la postura oficial del pontificado sobre el celibato se ha pronunciado en varias ocasiones, como respuesta a algunos movimientos católicos de renovación, y que plantean el celibato como opcional, a veces en desafío directo mediante la petición de secularización o la exhibición pública de curas casados o conviviendo con sus parejas. Sacerdotalis Caelibatus fue la sexta encíclica el papa Pablo VI (24 de junio de 1967). En el mismo sentido se han pronunciado los papas Juan Pablo II y Beneticto XVI.
El celibato sacerdotal obligatorio ha tenido múltiples críticas, así como numerosos defensores:
El celibato facilita la unidad de vida, que es la base de la santidad cristiana, desmitifica la absolutización de la teoría de la complementariedad de los sexos, abre el corazón a todas las personas sin excepción, exige y concreta la ascética diaria, sin la cual la unión con Dios en la tierra es imposible, y hace del sacerdote un testigo y un indicador cabal de la vida eterna.
Concluyo diciendo: Que para Jesús el matrimonio era algo normal. La relación de pareja era algo muy especial para Él, cuando dice:
El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Mt. 19:4-6.
Además Pedro era casado, y Jesús no tuvo ningún problema con eso.
Pero nos da un anticipo de cómo será en el cielo:
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. Mt. 22:29.30.